Cenando en la casa de una amiga (Flor) le habían dado unos crayones y papeles. De pronto, vio arriba de una mesa un frasco lleno de marcadores. Hasta que no se los dieron, no paró. Flor le alcanzó un manojo de grandes marcadores que fue probando uno a uno. No conforme con ellos, se levantó y agarró uno negro que había quedado en el frasco (que Flor había dejado porque estaba seco).
Yo: Fran, dejá ese que no anda.
Ni pelota, como es lógico y aconsejable.
Después de escribir un par de líneas:
-Sí anda, pero es gris.
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